miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ese no se que...

Tengo antojo...
Siento...
Se me olvidó...
Pensaba...
Me dio...

NO SE QUE

Quería escribir, tenía las manos sobre las teclas, la vista en el monitor y mis pensamientos como de costumbre en otro mundo, pero quería hacerlo de verdad de verdad quería escribir con o sin razones.Pero mi mayor problema era que no sabia de que...

No me quedó otra mas que pensar en todo lo que pasaba, pero al pregunta era: Que pasaba que era digno de ser escrito? TODO; me puse a pensar, miles de pequeños fragmentos de aire se comprimieron en mi cabeza, mientras mis oídos como siempre se llenaban de lo que yo llamó música. Pero la música, esta bien decir que es solo la manera en la que yo le digo, si, dicen arte, canciones, notas, aire, vacío pero yo le digo música le digo alimento, es lo que me hace querer escribir sobre desgracias de amor y de guerras acompañadas de suaves valadas o de estruendos musicales con la bateria y guitarra.

Pero volviendo el tema, seguía pensando, pense en los dibujos que tenía junto a mi en la pared, todos a lápiz, todos grises, pero aún asi eran mis pedazitos de recuerdo, de lo que había hecho antes apretujados en una pared morada, rodeando un espejo. El espejo era de cuerpo completo con estampas por doquier, dejando un relamente pequeño trozo de espejo.

Traté de volver mi cabeza al tema así que volteé al otro lado, vi por la ventana, el cielo negro, con puntitos de estrellas y una luna, como si alguien hubiera dejado un agujero blanco en medio de un manto negro cubierto de motitas de sal. El cielo me provocó un escalofrío.

Termine por cerrar mis ojos, pero dentro di mi propia cabeza ya no había espacio para pensar en un noseque más, ya estaba llena hasta el tope con: aire, dibujos a lápiz , música y un pedacito de cielo...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Pensamientos guardados...

Es como si tuviera en mi cabeza una caja fuerte, o un hoyo negro lo que entra no sale hasta mucho tiempo despues a veces creo que por eso tengo buenas notas, por el simple hecho qe las cosas sobre las materias me entran y salen en el momento preciso. Pero mi cabeza tambien es como una imprenta pienso y pienso cosas, como si fueran cosas que despues de tanto estar dentro tienen que salir.
Soy como una fuente de palabras, casi las siento a chorros caer a mis costados, salen de mi boca, bajan poco a poco por mi espalda,por mis brazos y mi cintura hasta llegar a mis manos y hacer que mis dedos se muevan sobre las teclas para poder escribir.
Soy una fuente de esperanzas perdidas, casi puedo sentir como la gente poco a poco se decepciona mas de mi, cuando rompí la carta que me salvaría de mi martirio, cuando la tome entre mis manos y acerte y erré al romperla del unico que me podria salvar, soy una esperanza perdida, no me queda mas qe admitirlo.

Quiza en mucho tiempo, cuando piense en todo lo que dejo salir, entre comida, decepciones, pensamientos, palabras, quiza sienta que es el día de dejar que algo entre en mi cuarto sin tener la necesidad de sacarloinmediatamente que entra, sin al necesidad de seguir con mi secreto, sin al necesidad de preguntarme por ayer y poder ver lo que tengo frente a mi , quiza algun día de todos los pensamientos guardados, deje salir un par y permitirme volver a soñar....

sábado, 5 de septiembre de 2009

Princesita de cristal...




Tengo un amigo, estaba leyendo lo que escribe, no pude evitarlo y tengo que publicar esto:


Era ella una princesa hermosa
Viviendo en el fondo de un palacio azul.
Su tez de porcelana brillaba, suave,
El fulgor de sus ojos traía el amor
A quien le veía sin temor.
Mas la princesa nunca sonreía.
Se sentía llena de un horrible rencor.
Mirábase al espejo, lloraba, lloraba,
Porque intentaba llegar a ser una diosa.
¡Pero si era bella! ¿Qué tiene la princesa?
¿Qué palabras habrían de hacerle mejor?
Todos le decían cuán bonita era
Y ella solamente al espejo veía
Un monstruo, grotesco, persona sin sabor...
Encerrada en su castillo, de cristal frío
La princesita, convencida, resolvió empezar.
¡Ningún dolor haría mella en su interior!
¡Nadie más habría de tocar su corazón!
¡Sería orgullosa, sería hermosa,
Sería la imagen de la perfección!
Todo cuanto adentro de ella llegaba
Salía sin pena, sin ningún rencor,
No dejaba la estela de su estancia,
Nada aprovechaba, todo lo rechazaba
La princesa aquella, la del dulce morir.
Sus huesos frágiles se tornaron.
El sudor de su piel, ácido frío, quemó su tez.
No podía dar un paso sin caer rendida.
La gente pasaba bajo su balcón
Y, observando, murmuraba desconcertada:
"¿Dónde está la bella princesa?
¿Qué ha sido de nuestra señora de marfil?
A su ventana se asoma la Muerte en vida,
¿Será que ha llegado su hora
O que la reclama de amores el Demonio vil?"
Y ella no comprendía, más se torturaba.
"Nadie entiende que yo soy así.
Que hasta la muerte seguiré siendo perfecta
Y que la fuerza que me da mi tristeza
Bastará para mantenerme en mi castillo sin fin".
Cerró sus puertas. Selló sus ventanas.
Despidió de su vida a la reina y al rey.
Vivió para siempre en soledad, ensimismada
Buscando la vida que nunca le llegaba
Obsesionada con su cuerpo, que a gritos se quejaba
De tener un aliento de vida, no de hiel.
Desesperaba por complacer al espejo frío
Que nunca habría de regalarle un beso.
Rechazó los placeres de seguir vivo.
Renunció para siempre a criar un hijo
Y otras cosas que esta vida hacen buena;
¿Qué fue de la princesa? ¿Llegó a ser perfecta?
...Nunca lo logró. Hoy reposa, inquieta.
Sus huesos yacen bajo el palacio de cristal.
Quienes le amaban cargan la tristeza
De saber que por una mentira murió la princesa
Y que nadie ni nada le ha de regresar...