jueves, 30 de abril de 2009

Piano...

Entre en la habitación, estaba obscura, había polvo. Ahí apollado contra la pared en una esquina estaba el piano, me andentre en al sombría habitación, puse mis manos sobre sus teclas, con suavidad presione mis dedos hacia la frialdad de su exterior, el sonido lleno el aire, pude sentir, respirara incluso saborear la música,(Como sabe la música en tu paladar? Dulce, muy muy dulce).


Presione otra tecla, una tras otra las notas se empujaban al entrar en mi, el gris se esfumo de la habitación y un color naranja lo reemplazo, alegría, mis dedos paseaban sobre las teclas, despreocupadamente, las notas le habían dado vida .
Podía ver los sonidos bailar a mi alrededor, celebrando su liberación, entonces deje de tocar, todos los pequeños sonidos salados de las cuerdas del piano regresaron a si prisión en cada una de las teclas,el alegre naranja había vuelto a ser el frió gris que era antes, volvió a estar muerta, sentí frió a pesar de que el sol resplandecía a través de la ventana, me petrifique, ahí parada.
Me obligue a mi misma a salir corriendo, corrí despavorida hasta que llegue a mi cuarto, donde recordé la primera imagen que tuve cuando entre en la habitación, la del piano apollado contra la pared, me prometí dejarla así hasta que las cálidas notas volvieran a darle vida...

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