
Presione otra tecla, una tras otra las notas se empujaban al entrar en mi, el gris se esfumo de la habitación y un color naranja lo reemplazo, alegría, mis dedos paseaban sobre las teclas, despreocupadamente, las notas le habían dado vida .
Podía ver los sonidos bailar a mi alrededor, celebrando su liberación, entonces deje de tocar, todos los pequeños sonidos salados de las cuerdas del piano regresaron a si prisión en cada una de las teclas,el alegre naranja había vuelto a ser el frió gris que era antes, volvió a estar muerta, sentí frió a pesar de que el sol resplandecía a través de la ventana, me petrifique, ahí parada.
Me obligue a mi misma a salir corriendo, corrí despavorida hasta que llegue a mi cuarto, donde recordé la primera imagen que tuve cuando entre en la habitación, la del piano apollado contra la pared, me prometí dejarla así hasta que las cálidas notas volvieran a darle vida...
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