miércoles, 19 de agosto de 2009

Principe azul...

" -Y vivieron felices para siempre- termina de contar mi madre, cerrando el libro en su regazo. Se agacha y yo tratando de llamar su atención le llamo envuelta entre mis savanas.
- Mami - digo bostezando.
-Que pasa?- me dice con voz distraída.
-Cuando yo encuentre mi príncipe azul, voy a ser feliz?
- Si mi pequeña princesita, ahora duerme-sentencia con voz dulce y apagando la luz.
- Mami- digo en la obcuridad llena de nervios.
-Que pasa?
-Prende la luz, hay monstruos debajo de mi cama-ella se ríe y prende la luz.
-Tranquila, cuando crezcas, ya no habra monstruos. "


Recordé tirada sobre mi cama, por que apenas y podia moverme, me dolía todo, con un poco de las fuerzas que me quedan, me asomó debajo de la cama, buscando aquello que debía de estar en lugar de los monstruos, tomo el suéter allí y a rastras me lo pongo, para protegerme del frío viento que entra desde la ventana.

Monstruos, me dije riendo, la ironía del asunto era más que obvia, primero por que los monstruos no estaban debajo de la cama, si no en mi cabeza, segundo por que al crecer los monstruos no se fueron de mi vida, seguían en ella, o mas bien dicho seguía en mi. Ya no eran los espantosos monstruos con colmillos y ojos asesinos, no, hace mucho habían sido ya remplazados por un único monstruo, uno en mi cabeza, pero tan real que casi podía tocarse.

Mi pequeño temor en la cabeza, no , mejor dicho mi pequeña dolor de cabeza, si y no era pequeña se había ido a poderando de mí día tras día. Me reí una ultima vez al volver a recordar ese pasaje de mi infancia.

" Cuando yo encuentre mi príncipe azul, voy a ser feliz?" esa frase me hizo sonreir con nostalgia. Pensar que la felicidad era un príncipe azul, era algo, fríamente llamado: tonto. Pensé en quien era mi príncipe, realmente me había alejado del monstruo de mi cabeza, me había salvado en mas de una ocasión, pero había terminado rompíendole el corazón sin haberlo querido.

Pensando todas esas cosas me quedé dormida. Desperté en la mañana por el sonido de las persianas golpeando contra la ventana, por haberla dejado abierta. Miré hacia el cielo, estaba nublado y amaneciendo.

No podía estar mas claro, si un príncipe puede hacerte sentir que puedes arañar la felicidad, ya sabía lo que era tenerla entre tus dedos, despertar y tener el gran, frío y teñido de colores cielo frente a ti...

2 comentarios:

  1. principes azules...lo tipico de un cuento.
    Pero hay veces que en la vida real me rehuso a
    dejar de creer en ellos cuando en realidad aveces mi mente es como la de una pequeña de 5 años aunque tenga 13 *_*

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  2. woow, kisas relamente si exista el llamado principe azul es solo tiempo al tiempo... y lo de los moustros es horrible toda la niñes nos persiguen, pero los moustros de ahora estan para kedarse u.u

    besooos y animo ♥

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