
-Madre, ¿tenemos vinagre de manzana?-pregunté tratando de hacerlo con ingenuidad.
-Si, ¿para que lo quieres?-me respondió, sin molestarse si quiera en voltear a verme. Vacilé- ¿Y bien?
- Un amigo me habló de el, pero no sabía que era, solo quería verlo, si dices que tenemos - alzó la ceja, después se encojo de hombros, abrió el estante sobre su cabeza y sacó una botella con un liquido café, me lo entrego.
Lo abrí, de el salio un suave olor a manzana, olía como la sidra de año nuevo, entonces, espere a que mi madre se fuera, tome una cuchara y decidí que era muy chica, así que tome un dispensador de medicina - de mayor capacidad - lo llene a la mitad y me zambullí el liquido. Me habían dicho que se diluía con agua, pero no hice caso por que ignoraba el porque de diluirlo, pero al momento de que aquel liquido toco mi lengua sentí como quemaba, después al pasar por mi garganta, me quemo todo el trayecto y quedo en mi estomago provocándome quemazón.
Actué lo mas rápido que pude y tome dos tragos de agua, la quemazón disminuyo, y yo me quede pensando si estaba bien tomarlo, quizá dos cucharadas al día estarían bien, seria dolor, pero así no levantaría mas sospechas de lo que había estado planeando tan meticulosamente las últimas dos semanas, sabia que no estaba bien, que me haria daño, pero en fin era vinagre de manzana....
a decir verdad
ResponderEliminarcreo que a mi no me gusta
el vinagre...
me hacee marearme y una sensación horriibleee
creme que ya tengo bastante con esto...